El hígado graso o esteatosis hepática es un trastorno bastante común hoy en día, producto de una dieta alta en grasas y un estilo de vida sedentario.
Se estima que uno de cada cinco adultos la padecen y una de las mayores preocupaciones es que gran parte de ellos no saben de su existencia por falta de síntomas específicos.
Por fortuna, en la mayoría de los casos no se produce en forma grave y casi siempre se puede revertir su impacto mediante la adopción de algunos hábitos saludables.
¿Qué es el hígado graso?
Se trata de un trastorno que se produce cuando la grasa representa entre un 5% y 10% del peso total del hígado.
Gran parte de los diagnósticos se les dan a los pacientes que padecen de diabetes o que están en una edad promedio de 45 – 50 años.
Hígado graso por alcohol
Está causado por el consumo excesivo de alcohol, que conduce al daño del hígado haciéndolo incapaz de descomponer las grasas que allí se van acumulando.
La buena noticia es que se puede revertir en un periodo de hasta 6 semanas, siempre y cuando la persona deje para siempre el hábito de beber alcohol; de lo contrario, el trastorno puede seguir avanzando hasta desarrollar cirrosis.
Hígado graso no alcohólico
En este caso su principal causa es la obesidad, condición que se desarrolla como resultado de una mala alimentación y falta de ejercicio.
Así mismo, puede tener origen en la diabetes tipo 2, el colesterol alto, lo niveles altos de triglicéridos y el síndrome metabólico.
¿Se puede combatir el hígado graso de forma natural?
Los tratamientos medicinales alternativos son uno de esos buenos complementos que se pueden tener en cuenta cuando se quiere curar esta afección para prevenir enfermedades más crónicas.
En esta oportunidad vamos a compartir contigo una serie de remedios 100% naturales que pueden ayudar a hacerle frente a esta condición para impedir su avance y que desemboque en consecuencias más nefastas.
1. Alcachofas
Este vegetal es muy bajo en calorías y tiene una acción diurética que apoya la eliminación de líquidos retenidos para mejorar el funcionamiento del organismo en general.
Su capacidad para controlar los niveles de colesterol alto y azúcar en la sangre es uno de sus principales beneficios contra el hígado graso, ya que ayuda a disminuir la absorción de grasa.
¿Cómo tomarla?
La mejor forma de consumirla es en su estado natural o en preparaciones ligeras como al horno o cocida. Se aconseja su ingesta mínimo 2 veces por semana.
2. Toronja
Este popular cítrico no solo es bueno para bajar de peso y prevenir la diabetes, sino que también apoya el alivio de la esteatosis hepática.
Un compuesto de la toronja conocido como la naringenina podría ser la responsable de facilitar la oxidación de compuestos grasos.
¿Cómo tomarla?
El zumo de toronja 100% natural es la mejor manera de disfruta de todas sus propiedades.
3. Rábanos
Bajos en calorías, los rábanos tienen una acción antiinflamatoria y depurativa que contribuye a mejorar el estado del hígado graso.
Su consumo frecuente ayuda a disminuir la grasa corporal e impide que se siga acumulando en este importante órgano.
¿Cómo tomarlos?
Los rábanos se suelen incluir crudos en ensaladas y batidos.
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